La clasificación de la vida

El entendimiento actual de la clasificación biológica ha sido posible gracias al trabajo de muchos biólogos y taxónomos en cada una de las tres áreas descritas antes: la exploración, la clasificación y la difusión del conocimiento taxonómico. La segunda área, la integración y análisis de la información disponible para la construcción del sistema de clasificación, consiste a su vez en tres componentes:

• decisiones sobre el reconocimiento de los grupos o linajes (clasificación),
• organización de los grupos en un sistema de categorías o rangos (taxonomía) y
• un sistema de nombres científicos en latín para designar el nivel taxonómico de esos grupos (nomenclatura).

En el dinamismo natural de nuevas áreas exploradas, especies recién descubiertas y nuevos análisis de filogenia, las constantes actualizaciones taxonómicas consisten en cambios en la clasificación, la nomenclatura, o raramente en ambos aspectos. La revalorización de características similares puede llevar a reclasificar especies de un solo género a géneros distintos, o viceversa. Nuevas observaciones también pueden llevar a cambiar el rango de un grupo ya reconocido de organismos, elevando o bajando el nivel taxonómico, requiriéndose consecuentemente un nuevo nombre.

Aun quedan muchas áreas del planeta por explorar y muchos linajes por reconocer, por lo que el sistema de clasificación de la vida, es decir los grupos establecidos y nombrados, estan en constante actualización a varios niveles taxonómicos.

Toda la diversidad conocida (presente y fósil) de la vida se clasifica en 92 grupos o linajes principales al nivel de División (o Phylum). Estos a su vez son agrupados en cinco Reinos (Margulis y Schwartz, 1996):

• 1. Monera (o Procaryotae, 17 divisiones de bacterias),
• 2. Protoctista (27, principalmente algas pardas y rojas y protozoarios),
• 3. Fungi (5, todos los hongos y levaduras),
• 4. Animalia (33 divisiones de diploides multicelulares y blastulados)
• 5. Plantae (10, incluye algas verdes y embriofitas).