El conocimiento biológico está firmemente ligado a la clasificación. El estudio de hechos biológicos depende de un sistema de clasificación y nombres como marco de referencia para ubicar, relacionar y comparar la información. Solo así tiene sentido educativo comparar la estructura celular; las funciones de nutrición, crecimiento, regulación hormonal; así como la respiración, la circulación y la reproducción entre diversos organismos.
Además de proporcionar un sistema de catalogación del conocimiento, el objetivo de la sistemática como disciplina de la biología es construir un “sistema de clasificación” que permita identificar, describir y explicar la diversidad biológica de nuestro Planeta. Progresivamente, se han desarrollado varios intentos por clasificar la diversidad de organismos tanto presentes como fósiles.
Entre los distintos criterios, se ha intentado formar grupos por cuestión de su similitud total (clasificación fenética) o por su presunta derivación evolutiva (c. evolutiva).
Los sistemas de clasificación actuales (c. filogenética) tratan de agrupar los organismos por compartir la ancestria o linaje (filogenia). Entonces la pregunta del biólogo sistemático ya no es: cual especie deriva de otra?, sino: cual especie es hermana de otra? Las especies hermanas se clasifican en el mismo genero (o linaje) y así sucesivamente se forman los demás grupos taxonómicos. Los biólogos sistemáticos elaboran estas decisiones de agrupación mediante análisis cladísticos para detectar las relaciones filogenéticas entre las especies
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