El descubrimiento de especies ha estado a cargo de exploradores de selvas, montañas y desiertos. Las muestras recolectadas en todo el mundo se han acumulado y conservado para nuestro aprecio y educación en varios herbarios y museos. Por ejemplo, la colección de plantas del Instituto de Ecología (Xalapa) asciende a unas 280,000 muestras, principalmente de las áreas tropicales de México. La colección entomológica, por su parte, contiene unas 50,000 muestras de insectos adultos y larvas.
Estas colecciones sirven como base para generar el conocimiento requerido en la preparación de inventarios (florísticos, faunísticos, entre otros; ver Castillo-Campos, 1991) y en elaboración de claves de identificación (por ejemplo, Avendaño, 1998). Mediante estas guías, los biólogos aprendemos a observar las características morfológicas que distinguen a una especie de otra y a determinar el nombre científico apropiado de un organismo particular. Esto es lo que técnicamente conocemos como identificar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario